jueves, 12 de noviembre de 2015

ENFOQUE PEDAGÓGICO SOCIO-CRÍTICO UNA VISIÓN CRÍTICA ADAPTADA LA SOCIEDAD

Las instituciones educativas son formadoras de los ciudadanos y las ciudadanas que exige la sociedad,  estas deben hacer uso de estrategias que privilegian la apropiación de un sustento pedagógico en la que desde un punto de vista holístico, el currículo debe ser integral, de forma que  promueva la articulación de los contenidos curriculares, y los referentes teóricos que profundizan los principio pedagógicos de educabilidad, enseñabilidad, pedagogía y contextos como pilares en la formación del nuevo estudiante crítico, investigador y comprometido en la transformación del medio en el cual habita.
Desde esta perspectiva, se concibe el hecho educativo como un proceso que propicia el pensamiento crítico reflexivo, la investigación continuamente, dinamizando el proceso enseñanza-aprendizaje y permitiendo adecuar los contenidos de las áreas del conocimiento para dar respuestas a las necesidades tanto particulares del estudiante, como de su entorno, lo cual promueve el sentido de pertenencia social y a su vez la utilidad y pertinencia del conocimiento.
De lo anterior, se puede decir, que este punto de vista se fundamenta en el enfoque socio-crítico, el cual intenta superar visiones positivas e interpretativas para llegar a planteamientos que buscan la transformación social, cultural, política o educativa. Además, trata  de superar las fallas persistentes en los centros educativos, en el abordaje del análisis social, es decir, considera que la educación puede entenderse situándola en los contextos socio-históricos.
Por otro lado, la metodología empleada, valora el aprendizaje grupal el cual es relevante para la apropiación de nuevos conocimientos, potencializando el espíritu investigativo. En este tipo de metodología el aula viene considerada como un espacio de interacción, de significados compartidos donde se aprende a valorar la cultura y sus saberes, donde se aprende a construir ideas, conocimientos y proyectos para el mejoramiento de la escuela y de la sociedad.
En concordancia con lo antes señalado, existen condiciones que predisponen a un individuo a aprender. El interés por aprender, es innato y se mantiene con motivaciones intrínsecas, tales como la curiosidad, la necesidad de adquirir ciertas competencias y la reciprocidad.
Continuando, el enfoque socio crítico, la motivación se da de manera intrínseca y extrínseca ya que está sujeta a los conocimientos que el estudiante dedica a incorporar a su estructura cognoscitiva. El interés por adquirir un nuevo saber se constituye en el motor o motivación que lo impulsa a escudriñar de manera más profunda la realidad que investiga, convirtiéndose esta en su motivación externa y la motivación interna el deseo de aprender y construir el conocimiento.
Ahora bien, en cuanto a los métodos, estos deben ser adecuados a las condiciones y necesidades de enseñabilidad de cada ciencia y el crecimiento de habilidades y competencias de los estudiantes. Esto implica que son estas competencias las que sugieren la mediación didáctica y no lo contrario. Entre los métodos utilizados por el enfoque socio-crítico tenemos: el método hermenéutico,  el método empírico y el método crítico-ideológico.
En otro orden de ideas, y desde la perspectiva socio-crítica, el rol del docente es de vital y de gran importancia, de participación justa en el momento justo, entregando la información requerida. En este enfoque el docente es un orientador lleno de recursos que sabe hacerse a un lado cuando el estudiante comienza a ocupar su propio espacio, debe estar atento al contexto, para aprovecharlo mejor, y a las peculiaridades y particularidades de cada alumno, que nunca son iguales a las del otro.

Se puede señalar, que en el enfoque pedagógico socio crítico, el docente toma la experiencia del estudiante y hace que el mismo tome conciencia de sus propias opiniones, confrontarlas con datos emergentes de la experiencia, lo ayuda a desestructurar el conocimiento previo que trae y conducirlo a la reestructuración del mismo incluyendo ahora los conocimientos adquiridos.

Desde esta perspectiva educativa el docente tiene las siguientes responsabilidades, orientadas a facilitar el aprendizaje:

·        Actualizarse en las formas de conocimiento y en los enfoques y tendencias de su área. No se enfatizan los contenidos, ellos se encontrarán siempre disponibles
·        Señalar, mostrar los puntos neurálgicos: cuestionar, examinar, indicar orientaciones de posibles desarrollos.
·        Incitar a profundizar, explorar, reelaborar, pensar críticamente.
·        Despertar y encauzar inquietudes académicas y profesionales
·        Facilitar el acceso a fuentes de información.
·        Cuestionar e indagar por las argumentaciones en que se apoya el pensamiento del educando.
·        Exponer, argumentar y someter al debate sus propias posiciones, visiones e interpretaciones.
·        Indicar, ejemplificar y efectuar aplicaciones de diverso orden.
·        Aclarar conceptos e interpretaciones.

Al mismo tiempo, el rol del estudiante no deja de ser menos preponderante, ya que está presente una relación de interacción de modo que uno y otro participan en procesos reflexivos de frecuentes intercambios de doble vía. Son estas relaciones horizontales las que permiten entre los actores la retroalimentación, autorregulación, la complementariedad con el saber, el acompañamiento y la creación de un nuevo conocimiento, para de esta manera garantizar que el proceso de enseñanza aprendizaje este encaminado hacia la búsqueda mutua y constante conocimiento y desarrollo multifacético del individuo, supliendo así sus propias necesidades.

De la misma forma, las relaciones interactivas entre docente estudiante se producirán de manera favorable, en la medida en que entre ellos fluya una comunicación efectiva y reciproca. Por esta razón, merece especial importancia considerar la comunicación como parte de los elementos básicos que permiten entender los procesos de interacción alumno-profesor. La relación debe dejar de ser monológica para convertirse en dialógica; así la relación del educando con el conocimiento ya no estará mediatizada por el profesor sino que pasa a ser interactiva

Algo semejante ocurre con la evaluación en el enfoque pedagógico socio crítico, es dinámica, pues lo que se evalúa es el potencial de aprendizaje, que se vuelve real gracias a la enseñanza, a la interacción del estudiante con aquellos que son más expertos que él. Va encaminada a detectar las ayuda necesarias por parte del docente para que el estudiante pueda resolver los problemas por sí mismo; de esta manera se clarifican y afianzan los valores de autonomía, tolerancia, solidaridad y respeto mutuo, en el mismo proceso de construcción del conocimiento.

Cabe destacar, que al construir una cultura evaluativa, autoevaluativa y coevaluativa se busca el desarrollo sinérgico de toda la comunidad educativa. Además, esta se caracteriza por:

·        Tiene una función autoformativa para las personas que participan en ella.
·        Proporciona un carácter dimensionador a las realidades sometidas a su acción.
·        Saca a la luz aquellos aspectos o aplicaciones que puedan quedar desenfocados u ocultos en el proceso de aprendizaje – enseñanza.
·        Fomenta los procesos cooevaluativos basados en las competencias cognitivas y socioafectivas del colectivo.
·        Genera procesos autoevaluativos, permitiendo un mejor desarrollo individual. (Desarrollo integral).

En relación con los aportes teóricos que refuerzan este enfoque, entre otros podemos mencionar los siguientes:

·        Aportes teóricos de Lev Vigotsky al enfoque pedagógico socio crítico
·        Aportes teóricos de Jean Piaget al enfoque pedagógico socio crítico
·        Aportes teóricos de Laurence Kohlberg al enfoque pedagógico socio-crítico.
·        Aportes de David Ausubel al enfoque pedagógico socio crítico.
·        Aportes de Jerome Bruner al enfoque pedagógico socio crítico.
·        Aportes de Carl Rogers al enfoque pedagógico socio crítico.

Para finalizar, la perspectiva socio-crítica está implícita en las fundamentaciones teóricas de nuestro Currículo Nacional Bolivariano, y se evidencian en las líneas de acción que emanan del órgano rector de las políticas educativas de nuestro sistema educativo. Las mismas están dirigidas a promover en la triada (estudiantes, escuela y comunidad), el sentido de pertenencia social y al desarrollo armónico en el medio ambiente en el cual se desenvuelven.


      Así mismo, promueve la formación de un estudiante activo, creativo, crítico, reflexivo, con sentido del deber social, pero sobre todo con  consciencia social, es decir, un ciudadano para las exigencias de la sociedad de los nuevos tiempos, un republicano.